Terra Training Motorsport, de la mano de Suzuki Ibérica, se ha unido al reto de María Salvo de llegar desde Madrid hasta Lisboa en bicicleta, durante tres duras etapas de 200 km cada una. María quiere dar visibilidad a la importancia que el deporte tiene en su día a día después de vivir el momento más duro de su vida, la pérdida de su hermana Laura. No irá sola, la acompañarán otros valientes deportistas que, como María, encontraron en las actividades físicas de alto rendimiento su vía de escape ante situaciones difíciles, y todos juntos harán un homenaje a Laura y a todas esas personas que jamás se rinden ante las circunstancias más adversas.

“El 2020 tenía que ser un año muy especial para mi hermana y para mí, ya que nuestras carreras deportivas habían llegado a un mismo nivel e íbamos a disfrutar de lo que más nos gustaba de tú a tú”.
Desgraciadamente, el día 10 de octubre, en el rallye de Vidreiro en Portugal, donde ambas participaban, Laura y su piloto tuvieron un fuerte accidente en el que ella perdía la vida.
“A partir de este momento, y tras unos meses muy duros, me cambió por completo la vida, pero sobre todo, la forma de verla. Tan solo dos semanas después del accidente, Sergi y yo volvimos a ponernos el casco en el rallye Princesa de Asturias con el fin de no tirar la toalla en un año tan importante para nosotros. Probablemente, este fue el reto más grande al que me había enfrentado en mi vida. Sin embargo, logramos nuestro objetivo, que era finalizar el rally”.
Ahí fue donde María se dio cuenta de que podría conseguir todo lo que me propusiese, solo tenía que esforzarse. “Los dos primeros meses intenté seguir con mi vida normal, aunque ya nada era normal. Mi rutina se basaba en ir a trabajar, llorar y dormir. Ya no me apetecía estar con gente, hacer deporte, divertirme…etc. Por lo que mi vida había perdido todo el sentido. Me sentía vacía. Llegó el final de 2020, un año que me había dado por todos los lados”.
Primero una pandemia en la que creía que había vivido las peores experiencias de su vida como enfermera y después el accidente de Laura. “Una noche de tantas que no conseguía dormir, empecé a pensar en todas aquellas cosas que Laura y yo queríamos hacer. Ahora ya se me había acabado el tiempo para hacerlo juntas, pero aun lo podía hacer yo por las dos”. Al día siguiente contactó con Diana, una compañera de la infancia de María y su hermana, que es triatleta profesional y le pidió que le ayudara con la preparación física para hacer un triatlón.
“Poco a poco la cosa fue a más, y aquí estamos a día de hoy, con un proyecto entre manos que no solo se basa en hacer un triatlón, sino en contar una historia de superación en la que el deporte me salvó la vida”.